Un poquito Nomades

Un poquito nomades

A partir de que comenzamos el viaje mi descreer hacia la raza humana se vio gratamente invertido, y entre tantos otros cuestionamientos de luces y sombras que encuentro dentro de este raro espécimen en el que nos hemos convertido, capaz de generar muerte y destrucción, pero también de salvar vidas, crear música, poemas y lagrimear frente a un atardecer.Una de las preguntas que mas rondaban mi cabeza, era el porque esa instintiva solidaridad ante el que viaja, no importa si es en bici, caminando, en vehículo o burro, su nacionalidad o idioma, el viajero genera ese noseque en las personas y de pronto te encontras sentado en una gran mesa rodeado de familia, quizás festejando un cumpleaños o tal vez el día del padre, con gente que te adopta inmediatamente, que te hace parte. Porque no solo te habré las puertas de su hogar brindándote todo lo que puede brindar, no contentos con eso, te dan un lugar en su historia, en sus vidas, entre abrazos irrepetibles, aguita en los ojos y lazos que perduraran por siempre.

Nosotros los disfrutábamos fascinados, mientras engordábamos de cariño, asado y pan casero. Yo escuchaba sus historias las hacia mías y me preguntaba ¿porque?
Después de mucha pregunta siempre surge una respuesta, intentaba descubrirla en el brillo de sus ojos, en sus gestos y palabras, hasta que lo entendí, o quizás solo sea mi humilde hipótesis, pero que son sino las respuestas.
Creo que en el fondo todos somos por naturaleza un poquito nomades, un poquito curiosos y exploradores.
Aveces algunos decidimos sacarnos las ganas y escuchar ese instinto adormecido que nos dice “salí a ver que hay mas allá de ese río, de ese árbol, de esa montaña….”
Pero en tantos otros casos por cuestiones de la vida, prioridades o elecciones personales, lo dejamos permanecer ahí adentro, bien dormido. Hasta que de pronto se presenta ante tu puerta, en el monitor de tu computadora o en un libro, alguien que viaja, y ese pedacito tuyo despierta, te invade el cuerpo, te llena de sensaciones inexplicables y sentís la necesidad de ayudarlo, de cargarlo de fuerzas para que continué, porque ese viajero quizás también es un poquito vos y así sus caminos y búsquedas. Entonces le abrís la puerta de tu casa, le das un hogar y una familia, porque también sabes que el que viaja anda necesitando ese calorcito y cariño que tiene lejos, y sus vidas y experiencias se mezclan maravillosamente, creando un mundo de sabores y anécdotas, con aromas a tortafrita y paisajes desconocidos. Y las despedidas se hacen mas difíciles y el agradecimiento eterno.
Así que después de sentarnos en cantidad de mesas y llenarnos de momentos increíbles con extraños que hoy son familia, solo podemos agradecerles infinitamente, no solo por la hospitalidad y el cariño, sino principalmente por darnos las posibilidad de creer, por recordarnos que no solo somos ambición y egoísmo, por devolvernos las esperanzas.
Porque tal vez hace tiempo y nose en que momento equivocamos el rumbo, pero mientras exista alguien convidando con un guisito caliente a algún extraño, puede que algún día la humanidad apague el Gps y comience a trazar nuevos y mejores caminos…..

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